Por Pilar Rius – 12/2020
A principios del año 2020 leíamos en la prensa que 160 docentes de 43 Universidades españolas, tanto públicas como privadas, presentaban un escrito respaldado por unos 4000 profesionales de la Educación e Instituciones, en el que exigían que en la actual Ley Celaá, los estudios artísticos adquirieran el peso que de verdad les debería corresponder. Se trataba de manifestar que, una vez más y tras la Ley Wert, en un País como el nuestro, ningún Plan de Estudios ha tratado con suficiente dignidad el ámbito artístico en la Educación General y eso en ninguno de sus niveles.
La LOMLOE viene a constatar la falta de respeto y la escasa consideración que los estudios artísticos poseen en el Currículum de Enseñanza reglada.
Hace poco participamos en las Jornadas de Igualdad que el Ministerio de Cultura organizaba, en la que las Asociaciones integrantes del Observatorio de Género pudimos aportar nuestras conclusiones respecto a distintos asuntos referentes a Cultura y la Educación y allí comentábamos la inutilidad de valorar el enfoque igualitario desde la Educación General si no estaba presente en todas sus materias, si las futuras generaciones siguen desconociendo qué mujeres fueron esenciales dentro del mundo del Arte y la Cultura, porque dicha asignatura apenas tenía peso o cabida dentro del Currículo.
La precarización de estos estudios, fundamentales en la escasa valoración que las humanidades tienen en nuestro país, viene a dejar fuera elementos como la cultura audiovisual, precisamente dentro de una sociedad en la que prima cada vez más lo visual y en la que se necesita un criterio en cuanto a gestión cultural o creación patrimonial.
Pero lo peor es el hecho de privar al alumnado de aquellas materias enfocadas a crear un espíritu crítico y aportar unos conocimientos básicos en este ámbito, pues el único contacto que mantendrán con la música a lo largo de su formación, será precisamente en la Educación General y más concretamente en Primaria.
No solo se les impide el conocimiento concreto de la materia, sino el desarrollo de cualidades tan esenciales como la reflexión, argumentación, observación, audición, capacidad de abstracción, emotividad, creatividad, etc…formando futuros analfabetos artísticos de manera consciente.
La educación en valores que sí contempla esta Ley es muy positiva, pero siempre que se sienten unas bases y se parta claramente de un respeto hacia ciertas disciplinas. Puede que no resulten las más demandadas, pero será imposible que lleguen a serlo algún día si desde el ámbito educativo siguen siendo obviadas y ninguneadas sea cual fuere el color del partido político que esté en el Gobierno.
Tanto Música como Plástica, al encontrarse dentro de la misma área, están condenadas a resultar competidoras y excluyentes, consideración que, junto a la de asignaturas “menores”, no ha variado mucho desde hace décadas.
Hasta ahora, ambas eran obligatorias en algunos cursos de la ESO, pero pasan a ser totalmente optativas (art.24 p.2 LOMLOE). Por ello, profesores y compañeros del ámbito musical han reclamado que sea obligatoria con dos sesiones semanales en Primaria y por lo menos una en los tres primeros años de Secundaria
La Educación Plástica y Visual era una asignatura obligatoria en la LOE, que pasó a ser de oferta opcional para las administraciones educativas con la Lomce.
Con la Lomloe, en el primer borrador se eliminaba por completo el texto referente a la misma, pero finalmente se ha podido introducir una enmienda que contempla una materia de Educación artística, englobando la Educación Plástica y Visual y la Música, para impartir dentro de los tres primeros cursos de la ESO. Eso sí, no como asignatura troncal a cursar de 1 a 4 de ESO, por lo que queda a expensas de lo que decidan las comunidades autónomas, que pueden determinar que se imparta solo en un curso de los tres propuestos, o que se curse una única hora. En definitiva, las condena a la extinción pero de una manera muy sutil, desde luego.
Pero sin lugar a dudas, nos preocupa la incapacidad, una vez más, por parte de nuestro gremio, para llevar a cabo una movilización general y sonora a este respeto.
De nada sirve que nos volvamos a lamentar de la escasa valoración que la cultura y el Ámbito artístico tienen en nuestro país, cuando no son ni más ni menos que un reflejo de la importancia educativa de las mismas. O conseguimos que los/as políticos/as estén a la altura de aquello que legislan y reivindicamos lo que es justo, o tendremos muy poco derecho de queja.