Por Mujeres en la Música – 02/04/2020
La AMM tiene el privilegio de contar con unas socias cuya calidad musical, calado personal y experiencias vitales, muchas de ellas fruto de un compromiso social o vital real, quedan plasmadas en la manera en la que deciden comunicarse a través de su música. Tal es el caso de la intérprete de flauta de pico Anna Margules, con quien pudimos contar hace unos años en el Festival Mujeres en la Música de Getxo y donde interpretó un cuidado y bellísimo programa, con tal calidad e impronta personal, que resulta imposible olvidar.
Anna, ¿por qué te decantaste por la flauta de pico? ¿Qué te aporta cómo instrumento?
Fueron mis padres los que eligieron este instrumento por ser el que podían comprar con su sueldo de investigadora científica (mi madre) y director de teatro (mi padre). Luego, aunque después me pasé a la guitarra (cuando adolescente) y probé también con el canto, volví siempre al instrumento, por la cualidad de su sonido, por la sensación de tomar aire y soplar y por la parte sensorial del tacto de la madera. Me encantó el hecho de revivificar la música a través del aire.
Tu formación va más allá de la musical, dado que además de has estudiado Letras Modernas Francesas en la UNAM. ¿Qué te proporciona cada uno de estos ámbitos intelectuales como ser humano?
Música y literatura son ambas disciplinas de comunicación, de expresión. La literatura y la filosofía (que estudié en los cursos de Doctorado de la UAM) me aportan una infraestructura de pensamiento que utilizo siempre para enriquecer mi interpretación musical.
¿Qué experiencias le aporta a tu música y pensamiento artístico la nacionalidad y cultura mexicana?. ¿Y la española?
La mexicana: la necesidad de supervivencia, el buscar e investigar para encontrar información a toda costa, y el estar siempre pensando siempre que hay un mensaje más allá de lo que se ve a simple vista.
La española (además de vivir yo aquí, mi madre era española refugiada en México): la irreverencia y la capacidad de discusión interminable
La polaca (mi padre era judío polaco) la densidad y profundidad, y el siempre ser una especie de “abogado del diablo”
Las tres: la suspicacia, y el ser desconfiada por naturaleza.
Todo esto revuelto y siempre funcionando a favor y en contra de mí misma.
Has trabajado difundiendo el repertorio de la música antigua, pero si algo te caracteriza es el compromiso con la música actual, siendo dedicataria de un amplio repertorio. ¿Cómo surge la necesidad de combinar ambas facetas sin ceñirte exclusivamente al repertorio histórico propio de la flauta de pico?
La música es música… no creo en la música histórica y la contemporánea… no creo mucho en esas fronteras… Por otra parte, la mayor parte de repertorio hecho específicamente para flauta de pico es realmente a partir del siglo XX.
Si nos vamos a los orígenes, en casa mi madre escuchaba Mozart y nos llevaba a mi hermana y a mí a los conciertos de música contemporánea. Luego tuve grandes profesores, Horacio Franco en México y Walter van Hauwe en Holanda, que no hacían diferencia entre la música de hoy y la llamada Música Antigua. Había que hacer de todo. Luego, siempre tuve grandes amigos y amigas que se dedicaron a la composición e influyeron en mi formación.
¿Qué desafíos técnicos supone la interpretación de varios tipos de flauta tan sumamente diferentes en un mismo concierto?
En nuestra práctica normal… no lo veo como desafío sino como posibilidad de variación y diversión en un concierto.
Tus programas están pensados con una coherencia exquisita. Cuando te escuchamos, nos sumergimos en una historia en la que nos embelesa y atrae sin posibilidad alguna de resistencia, lo que denota un planteamiento previo muy cuidado. ¿Cómo sueles pergeñar un programa de concierto?
¿En serio? ¡Gracias! Será por la infraestructura intelectual de las letras y la filosofía… A veces sale sin pensarlo y luego pensando en retrospectiva me doy cuenta de que había un hilo conductor subyacente. En otras ocasiones intento que lo haya cuando estoy construyendo el programa, y que también pienso en una obra como centro neurálgico hacia el cual apuntan las otras obras. A veces son ideas en las que trabajo durante años.
Comentas que, para ti, la memoria tiene mucha importancia. ¿De qué manera has plasmado este aspecto en tus proyectos recientes?
Re-cordar, a-cordar, volver a pasar por el corazón… Está siempre ahí. Además, en la música, memoria y tiempo parte de su esencia… incluso, sin querer, existe la re-sonancia.
Dependiendo del programa, siempre intento que haya una obra dedicada a flautistas que me han influido (profesores, colegas) o a amigas/ amigos que ya no están. Por otra parte, mucho del repertorio que toco es música escrita recientemente basada ya sea en tradiciones de otras culturas o en siglos anteriores.
En muchas ocasiones has manifestado la importancia que otras disciplinas artísticas como artes plásticas, danza o teatro, tienen en tu visión artística. ¿Hasta qué punto el aspecto multidisciplinar influye en tu planteamiento musical y escénico?
Viví muy cerca del teatro desde mi infancia. Mi padre era director de teatro y luego, mi hermana también se dedicó a eso. Es parte de mi visión mundo. Cuando tocamos en público somos seres escénicos. ¡Imposible no pensar en la teatralidad de la performance y en todos los elementos del espacio como escenario!
Antes de una actuación, ¿llevas a cabo algún tipo de preparación mental o física?
Sí: respiro, me estiro e invoco a ciertas ausencias.
¿Qué te aporta artística y humanamente la docencia?
Primero, el aprender de otras personas, el compartir experiencias. Ver el despertar de los demás y contribuir al desarrollo de cualquier ser humano es una sensación increíble.
Luego también, en mi caso, la docencia es un acto casi egoísta (dría yo), una manera de intentar hacer un mundo cercano de personas que se transformen en interlocutores/ interlocutoras para no sentirme sola.
Como docente en el Conservatorio Superior de Música de Aragón, ¿consideras que las mujeres tienen el mismo acceso a las Cátedras que el reservado a tal desempeño en los Conservatorios Profesionales? ¿Cuál es tu experiencia al respecto?
No conozco para nada el mundo de los Conservatorios Profesionales. En el CSMA, hasta el año pasado había solo 5 catedráticos y una catedrática. Ahora, desde que se abrieron las plazas de Catedráticos por acceso creo que hay más, pero no estoy muy segura… En todo caso, no he sentido discriminación en ese sentido en el conservatorio donde trabajo.
Bajo tu visión cosmopolita y el conocimiento a fondo de algunos de los países donde has vivido, ¿qué consideras necesario e imprescindible en el sistema educativo musical español?
Aquí voy a hablar desde un punto de vista muy general. Hay grandes excepciones a todo lo que voy a decir, pero: A veces todavía me encuentro con alumnos que han llegado al Conservatorio Superior, que han aprendido a recitar notas sin intención rítmica ni imaginación sonora interna. Haría falta mucha más educación auditiva.
Por otra parte, veo que cada vez tienen menos cultura general. Casi no leen, y cuando lo hacen, pocos saben discernir qué es lo que realmente es importante. Y luego, por supuesto que tienen problemas para escribir.
Me preocupa también la falta de curiosidad, pero creo que esto es un síntoma general de todo el alumnado.
Creo que además de las clases de Historia de la Música o las teóricas, las profesoras y profesores de instrumento tendríamos que fomentar mucho más la investigación, ojalá pudiéramos inculcar el amor hacia ello.
Deberíamos además incluir, en todas las disciplinas, a las compositoras y a las intérpretes que ha habido y hay en la música. Se está haciendo ya, pero falta mucho todavía. Me incluyo en la labor.
Finalmente, creo que es muy importante que se siga apostando por los instrumentos minoritarios, como la flauta de pico, la cuerda pulsada, el clave… ¡No por ser minoritarios tienen que dejar de existir!
Tu compromiso con el feminismo es firme y activo. ¿Qué piensas sobre la situación actual de las Mujeres en México y las movilizaciones sociales en torno a la reivindicación de sus derechos?
La situación actual tremenda y dolorosa. Apoyo totalmente las movilizaciones, y creo que además se tendrá que revisar desde la educación más básica. Hay reformar toda la idiosincrasia de un país en donde se ha valorado el machismo como parte de los valores culturales nacionales… Esto está cambiando muy poco a poco. Confío en que siga transformándose.
Si se pueden confesar, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
De momento, estoy aprendiendo a vivir en el ahora. Estaba pasando por una muy buena racha de conciertos a solo y en distintas agrupaciones, así que me encantaría poder retomar y realizar los conciertos que ya estaban programados…
Más información sobre Anna Margules: annamargules.com